Qué delirio.

Anoche tuve un sueño
Me veía en una cama pariendo y muriendo a la vez.
Mientras abandonaba mi cuerpo podía ver todo lo que me había pasado y por qué el fruto de mis entrañas (qué dramático!) tenía dientes y tentáculos.
Estaba naciendo mal porque un señor feudal me había obligado a tenerlo en  orden de continuar su voluntad.
Siempre lo que él quiere es lo que se debe.
Me desperté desconcertada.
Ni tristre, ni sorprendida,
ni bien,
ni mal.
Desconcertada.
Un sueño así te deja la cabeza en silencio y sin ganas de hacer interpretaciones de la vida misma.
Miré el reloj y eran las 4 de la tarde.
Cociné fideos con champiñones y por colgada
se me quemaron.

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