En una noche negra sin mi sol no tengo ni mi luna

Ahora que me reencontré en esta situación
debería aprender finalmente a simplificar.
Alguna vez creí saberlo todo
con lujo de detalles.
Hoy dudo de alguna vez haber visto
claridad entre tanto
bosque.

Te pido que no perdamos más
el foco.
Te pido que nos vayamos
a bañar.
Que lo primero que hagamos sea
ducharnos.
Porque todavía tenés olor a otra persona en la piel
y yo
tengo olor a triste.

Es la maldita dualidad la que no me dejar parar
de pensar en la última oración.
Con el cuerpo dividido
también se chiflan las intenciones.
No les quiero creer.
Las quisiera clausurar,
invalidar.
Entendí que estas cosas son las que
a veces
hacen mal.

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